jueves, 30 de octubre de 2014

POLICÍA EN EL PARO CAFETERO

Fuente:  http://www.cronicadelquindio.com/, Febrero 26 de 2013

Con refriega y seis heridos comenzó el paro cafetero en el departamento

Agentes del Escuadrón Móvil Antidisturbios, Esmad, de la Policía Nacional, arribaron al sitio para garantizar que la vía al Alto de la Línea no fuera bloqueada por los manifestantes. Se registraron disturbios.
Seis personas heridas se presentaron el día de ayer en la vía a La Línea como resultado de una trifulca surgida en la primera jornada de protestas del Paro Nacional Cafetero.
Una de las víctimas es Pedro Humberto Suárez, caficultor de la vereda La Soledad del municipio de Córdoba, de 66 años de edad. Este señor perdió la mano derecha tras el aparente impacto de una granada de aturdimiento, sin embargo este hecho aún es motivo de investigación. 

Así lo confirmó José Antonio Correa, secretario departamental de Salud: “En un comienzo el paciente ingresó al hospital de Calarcá con una lesión en la mano ocasionada por un artefacto explosivo desconocido, había perdido dos dedos, luego fue traslado al hospital San Juan de Dios de Armenia, donde fue estabilizado, allí se confirmó que la extremidad debía ser amputada a la altura de la muñeca”. 


En cuanto a los otros cinco heridos el secretario afirmó que se trataron por heridas leves, contusiones y laceraciones superficiales. 


No obstante, algunos voceros del movimiento cafetero dijeron que no fueron seis sino diez las personas que resultaron lesionadas debido a los enfrentamientos con los agentes de la Policía. 


Cerca de las 9:00 de la mañana de ayer se reunieron en la glorieta de Versalles en Calarcá casi 2 mil personas del departamento del Quindío y de algunos municipios del norte del Valle del Cauca. En su gran mayoría se trataba de cafeteros inconformes con la situación que atraviesa el sector, llegaron con la motivación de marchar pacíficamente hasta el Alto de La Línea. 


Asimismo, alrededor de la carretera efectivos de la Policía Nacional estaban dispuestos para realizar el acompañamiento de los manifestantes y garantizar la seguridad de los transportadores. Tal y como había sido acordado entre los organizadores y las autoridades departamentales. 

La marcha arrancó con tranquilidad. Por casi kilómetro y medio se escucharon las arengas pidiendo un precio de sustentación para la carga de café. También se agitaron banderas colombianas y se expusieron las pancartas en representación de los diversos municipios rechazando la minería y alertando por los altos precios de los fertilizantes. 


Sin embargo, en el ambiente se percibía una tensa calma evidenciada en pequeñas discusiones entre los manifestantes y los policías, pero nada traspasaba los límites del entendimiento. 


Empero, en un momento, las personas que iban liderando la protesta decidieron detenerse a esperar a los más rezagados y a descansar. Sin mediar palabra invadieron el carril por el cual estaba fluyendo el tráfico, algunos incluso se sentaron, situación que comenzó a encender los ánimos de los efectivos policiales. 


Transcurrieron unos minutos, entonces apareció el personal del Escuadrón Móvil Antidisturbio, Esmad, tras observar la resistencia de las personas que no querían retirarse del carril, comenzaron a hacer sentir su autoridad, utilizando sus escudos empujaron a los protestantes. Entre ellos, algunos estudiantes de la universidad del Quindío que apoyaron la jornada de protesta argumentaron haber sido agredidos. “Un compañero que estaba sentado en la carretera recibió una patada”, dijo Andrés Cruz, representante de la Organización Colombiana de Estudiantes. 

Ese fue el primer conato de bronca de la jornada, que, según se observó, terminó rápidamente después que los cafeteros comenzaron a gritar que deseaban una protesta pacífica. “Queremos paz, queremos paz”, vociferaron al unísono en varias ocasiones. 


Pero cuando se desatan algunas fuerzas del ser humano, las consecuencias resultan imprevisibles. En un momento se evidenció que el liderazgo de la marcha no se ejercía en todos los sectores de los manifestantes. Algunos descontentos con el trato policial fueron rebeldes y continuaron invadiendo los dos carriles de la vía. Entonces, un camión turbo conducido por el señor Álvaro Marín que cubría el trayecto Buenventura-Bogotá, sirvió como escenario de la disputa, fue literalmente detenido por las personas, tres mujeres se sentaron en el parachoques delantero para impedir su circulación. 


En ese momento las discusiones arreciaron, se chocaron la intransigencia de algunos protestantes con la severidad de los policías, y otro conato de disturbio derivó en el lanzamiento de una granada de humo que los dispersó.


Esa fue tal vez, la gota de que llenó el vaso, sin embargo por medio de perifoneo los líderes seguían insistiendo en mantener la calma y en despejar el otro carril para la circulación vehicular, pero no servía de nada, después de dialogar con el propio coronel Ángel Hugo Rojas Sandoval, comandante de la Policía Quindío, no acordaron nada. 


Entonces las acciones del Esmad fueron más severas, lanzaron varias granadas con gases lacrimógenos una de la cuales en el impacto lesionó a una mujer que se encontraba en la protesta pero alejada de los disturbios: “Una granada me pegó en el abdomen, me dejó aturdida y con el oído doliéndome”, aseguró Nubia González, caficultora del municipio de Calarcá. 


Otras personas, recibieron impactos similares en el rostro o en las piernas. “A mí me pegó uno de esos artefactos en la pierna izquierda y me causó una laceración profunda”, dijo Dimas Alberto Arias, coordinador del paro cafetero en el Quindío.


Transcurrieron cerca de tres horas, el sol del mediodía parecía haber enervado mucho más los ánimos. El Esmad seguía disparando sus granadas de gases y aturdimiento que poco a poco fueron haciendo retroceder la marcha. Algunas personas, en una inusual paradoja del destino, decidieron protegerse entre los cafetales de lado y lado de la carretera. 


Ocurrió entonces lo trágico, en una curva a menos de un kilómetro de la glorieta de Versalles el señor Pedro Humberto Suárez, caficultor de la vereda La Soledad del municipio de Córdoba, de 66 años de edad, se sentó en un alto de un montículo de tierra. Más de 10 versiones consultadas por este diario indican que allí recibió un impacto directo en la mano derecha de un proyectil disparado por un policía del Esmad, otros testimonios indicaron que se asustó cuando a su lado cayó la supuesta granada, la recogió y entonces el artefacto hizo explosión. Sin embargo, el resultado fue la ya mencionada pérdida de la mano del afectado. 


La gobernadora calmó los ánimosDespués del incidente, las arengas en un solo coro decían: “Asesinos-asesinos”, y por momentos se podía prever una trifulca de mayores proporciones. 

No obstante, casi a las 12:30 de la tarde llegó caminando, escoltada por dos policías y algunos de sus asesores, la gobernadora del Quindío, Sandra Paola Hurtado Palacio, la líder fue testigo presencial del retiro del herido, y entonces llamó a la concertación, a la calma. En ese momento su presencia evitó que se dispararan más granadas de gas. 
Los cafeteros nombraron una comisión que después de casi una hora de reunión con la mandataria quindiana acordaron entre los puntos más importantes el retiro del Esmad y la concentración de la marcha en el sector de la glorieta de Versalles. 
Muchos protestantes se resistieron pero fueron convencidos por la mandataria que caminó todo el trayecto hasta llegar a Calarcá. 


A las 4:00 de la tarde de ayer se estaban cumpliendo los puntos del acuerdo. Sin embargo los ánimos aún no se han calmado y el paro continúa. 


Decreto ampliado

Ayer la oficina de comunicaciones de la gobernación del Quindío confirmó que se extendió hasta las 6:00 de la tarde hoy la vigencia del decreto número 200 de 2013. En él se declara en alerta verde la red hospitalaria del Quindío, de igual forma prohíbe el transporte de escombros, de cilindros de gas y trasteos, la circulación de motocicletas sin distinción de cilindraje con parrillero hombre o mujer, además del expendio y consumo de bebidas embriagantes.


El pronunciamiento de la federación

El gerente general y el comité directivo de la Federación Nacional de Cafeteros, reunidos ayer, declararon su hondo pesar por los hechos ocurridos durante la movilización de productores de café y otros bienes agrícolas en diferentes lugares del país en las que se registraron confrontaciones innecesarias con las autoridades.


En especial, el comité lamentó profundamente que el señor Leonardo Valencia, cafetero de la vereda La María del municipio El Agrado en el departamento del Huila, haya resultado gravemente herido. En nombre de los cafeteros colombianos, expresaron sus sentimientos de solidaridad con sus familiares y amigos y le desea tanto a él como a los miembros de la fuerza pública y a las otras personas que sufrieron heridas en esta jornada una pronta recuperación. 


El comité también renovó su solicitud a los promotores de estas movilizaciones a plantear sus iniciativas y soluciones a la difícil situación del sector a través del diálogo ordenado y respetuoso de la ley y del Estado de Derecho, sin arriesgar la integridad física de los manifestantes.


También agradeció a lo que llamaron “la gran mayoría de los 563 mil productores de café y sus familias, que se abstuvieron de participar en la movilización y que siempre han tenido una actitud pacífica y serena para expresar sus intereses, confiando en los canales de diálogo institucional que ha desarrollado el gremio tras 85 años de vida”.


Asimismo hizo un reconocimiento a los cafeteros y a los demás productores que participaron de manera pacífica en las movilizaciones y agradeció que hayan atendido su llamado a la serenidad. 


“El comité directivo de la federación reiteró que el sector agrario pasa por apremiantes dificultades asociadas con la evolución de los precios y la tasa de cambio, por lo cual respeta las manifestaciones que hicieron los productores en el día de ayer”. 


Por último, agradeció las palabras del presidente Santos en el sentido de reconocer la denodada labor del gremio y la convocatoria a una reflexión sobre sus principales actividades y prioridades en el marco de la denominada constituyente cafetera. El documento está firmado por los delegados departamentales al comité directivo. 


Por Carlos Wílmar López Rodríguez 

Fuente:  Aquí

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